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  1. Conspiranoia

    12 feb 2012

    ¿CUÁN CONSPIRANOIC@ ERES? 

     CASO 1

     A: Kennedy fue asesinado por un chiflado que iba por libre: Oswald. 

     B: Kennedy fue víctima de un complot en el que están implicados servicios secretos, Mafia y otras organizaciones delictivas. 

     C: Tal y como sostiene el constructor de piscinas californiano George C. Thompson, Kennedy no murió en Dallas (eso sí, hubo tiroteo y cinco muertos —incluido un guardaespaldas que suplantaba a Kennedy en la limusina—. Curiosamente nada de esto aparece en las famosas tomas que rodó con su cámara casera el ciudadano Zapruder). Un año después se vio a K. asistiendo a una fiesta de cumpleaños privada del escritor Truman Capote en Nueva York. 

     CASO 2 

     A: Los OVNIS no existen. 

     B: Los OVNIS son objetos que derivan de un arma experimental nazi posteriormente reciclada por la CIA para, entre otros menesteres, enmascarar raptos de gente con la que experimentar, creyendo ésta haber sido víctima de abducciones. 

     C: Los extraterrestres son la versión moderna de los ángeles —que también existen. 

     CASO 3

     A: El hombre ha llegado a la luna.

     B: El hombre ha llegado a la luna y en la cara oculta están preparadas instalaciones por si las condiciones de vida en la tierra fueran inhóspitas —desastre nuclear, ecológico, tectónico o similar— y una élite tuviera que huir hacia el satélite o hacia otros puntos del Universo. 

     C: Como documenta Bill Kaysing en su clásico We Never Went to the Moon: America's Thirty Billion Dolar Swindle, NO hemos llegado a la luna. 

     Si has escogido las respuestas A, mejor sáltate este capítulo. 

     Si has escogido las respuestas B, acomódate, esto no ha hecho nada más que empezar. Tu pregunta clave puede ser: ¿Por qué no? 

     Si te identificas con las respuestas C... no creemos que puedas encontrar nada que tú no sepas en este capítulo. Por favor, busca a los de las respuestas A y ten la bondad de contarles las verdades del barquero.

    [Este test da comienzo al capítulo "Conspirama" del libro pOp cOntrOl: Crónicas post-industriales, de Miguel Ibáñez. Publicado en el año 2000 por Glénat, es una obra imprescindible para todos aquellos que disfruten con una mirada cínica, irónica y mordaz de los aspectos más oscuros, desgaradores e inhumanos de —precisamente— el ser humano. Desde las bombas atómicas y el ascenso de Hitler (con sus consabidos experimentos avanzados en los campos de concentración), pasando por Jack el Destripador y su legado de serial killers cada vez más sofisticados y ramificados; y terminando entre otras cosas con los emporios televisivos, la influencia capitalista salvaje o las teorías conspiratorias más disparatadas. 



     La cuestión es empaparse de todo para, precisamente, ser capaces de desarrollar nuestro propio criterio a caballo entre el escepticismo y el sentido común. Plantéate lo que sea —¿por qué no?— pero a la vez, duda de todo. Y cómo no, que sirva de reflexión. Al fin y al cabo, la ironía es la mejor forma, creo yo, de autocrítica.]

  2. Pasividad

    7 feb 2012

    Con el teléfono en la mano me dijo: "Los empleados de pompas fúnebres ya esperan hace un momento. Voy a pedirles que vengan para cerrar el féretro. ¿Quiere antes ver usted a su madre por última vez?" Dije que no. Ordenó por teléfono, bajando la voz: Figeac, diga a los hombres que pueden ir".

    ¿Qué es la pasividad? Tal vez podamos explicarla, a corte literario, a través de El extranjero de Albert Camus. La historia discurre de una forma tan lúcida a la par que desconcertante que a uno le dan ganas de dejarse llevar por la atmósfera cínica, indiferente, prosaica e incluso mordaz de la novela (novelita corta, no sé si llamarla nouvelle) y no andarse con chiquitas narratológicas. Focalización interna, narración nada iterativa y mucho monólogo interior (ordenado tal vez como simples diálogos indirectos). 

    La pasividad, en principio, es no hacer nada. Por ende, podría considerársela como algo meramente individual, como un proceso de nulidad comunicativa y a la postre humana, social. Pero la pasividad, puede ser quizá, un suceso que necesita la intervención de la sociedad, eso sí, alienante. La intervención del prójimo que te despoja de autonomía, la intrusión indeseada de mentes pensantes ajenas, sustitutorias.

    Meursault, su protagonista, no recuerda a su madre, como tampoco se plantea siquiera el amor hacia su fogosa Marie, con la que se deja llevar mirando sus senos mientras van al cine, a bañarse en la playa o a corresponder en silencio las inquietudes existencialistas de la muchacha:

    Por la tarde, Marie vino a buscarme y me preguntó si quería casarme con ella. Le dije que me daba igual y que podíamos hacerlo si era su deseo. Me preguntó entonces si la quería. Contesté, como ya había hecho una vez, que nada significaba eso, pero que ciertamente no la quería. "¿Por qué te casarías entonces conmigo?", dijo ella. Le expliqué que la cosa no tenía importancia alguna, pero que si ella lo deseaba podíamos casarnos. Además, era ella la que lo preguntaba y yo me limitaba a responder que sí.

    Casi de casualidad, Meursault mata a un árabe. Nada de crimen motivado por xenofobia, venganza o arrebato irrefrenable. De hecho, es un crimen pasivo, por mucho que cueste creerlo. Comente un crimen casi como influenciado por su amigo Raymond, que tuvo unos rifirrafes con algún árabe, hermano de su ex-mujer (a quien maltrata con desdén). 

    Toda la segunda parte del libro relata cómo se celebra un juicio de pura ficción; lo remarco porque resulta curioso que las pruebas y los alegatos tomen como punto de referencia la vida pasiva e insensible (en palabras del fiscal) del protagonista, y a partir de cavilaciones sobre su persona se llegue a un veredicto fulminante.

    Sólo una intervención puntual del abogado nos trae atisbos de sensatez, como desvelando la suspensión de incredulidad del juicio:

    ¿Se le acusa, en fin, de haber enterrado a su madre o de haber matado a un hombre?

    Pero esta distinción entre lo estrictamente judicial y las divagaciones fantasiosas parece caer en saco roto. Describiéndonos el juicio, los testimonios y el insoportable calor, Meursalt acaba siendo juzgado como persona antes que como criminal. Su abogado habla incluso por él. El fiscal se aventura a decir que puede ser juzgado por los demás crímenes que sobre los que se ponderará en la misma sala. Le acusa (en un momento álgido que desposee de individualidad a Meursault y lo traslada al plano humano, atávico) de:

    Les pido la cabeza de ese hombre -dijo-, sin la menor preocupación se la pido. Pues aunque haya tenido, en el curso de mi ya larga carrera, ocasión de reclamar penas capitales, nunca como hoy he sentido ese penoso deber compensado, equilibrado, iluminado por la conciencia de un mandamiento imperioso y sagrado y por el horror ante el rostro de un hombre donde nada leo que no sea monstruoso.

    No importan ni las extremaunciones ni las reconsideraciones en el lecho de muerte. Un final irónico pero trágicamente profundo, un sesgo brillante de la humanidad condensado en la pasividad, esto es, la susceptibilidad de dejarse llevar y corresponder así el mal hacer del "prójimo". ¿Es, pues, la pasividad, pecado del sumamente individualista o complicidad hacia una sociedad decadente?



    El extranjero, Madrid: Alianza, 2009, Traductor: José Ángel Valente

    PD: La portada de esta edición inglesa me parece ilustrar mejor las sensaciones que produce la lectura.

  3. Origen

    5 feb 2012

    Si en una entrada anterior os introducía a "Origen", ahora lo vuelvo a hacer pero sacando a la palestra la versión definitiva. "Origen" es un videolit realizado inspirándome en el videojuego Rez. Este videojuego minimalista tiene una estética futurista/informática y se caracteriza por utilizar pródigamente formas geométricas como símbolos. Con el videolit pretendo aprovechar la fuerza de las imágenes empleadas en Rez y dotarlas de sentido textual, dando énfasis a la fugacidad de las palabras que aparecen e intentando que el origen signifique un punto desde cero, desde el cual comienza una línea que evolucionará simbólicamente a través de varios estadios.